La Importancia de la Ornamentación en la Arquitectura:Más Allá de la Estética



 

       Ornamentar una estructura es como enmarcar una obra o ponerle barniz al óleo. Es esa parte del trabajo de diseño que le da una chispa a la pieza. A consecuencia de la ornamentación es que surgen los estilos. Cuando se ornamenta en diferentes épocas es que podemos definir el estilo de una estructura. El estilo y ornamento no solo contribuyen estéticamente en una obra; estas son como palabras en un libro de historia. Son una bitácora de lo que se conoce como cultura visual. Es lo mejor de los dos mundos pues puede servir de manera práctica e intelectual mientras adorna con sutileza y carácter una pieza arquitectónica. 

       El estilo se rige más por un contexto histórico y es fácil de diferenciar dependiendo del tiempo que responda en la historia. También su formación está basada en los movimientos artísticos, sociales y políticos que estén sucediendo a la hora de diseñar. A través de la historia hemos visto cómo la arquitectura ha sido influenciada por géneros literarios, expresiones intelectuales y las diferentes edades del tiempo histórico. Podemos ver que en la historia se comienza con un estilo griego clásico que responde a las élites que estaban conformando los sistemas sociales del mundo en los principios de la humanidad 600 a.C., y al pasar del tiempo hemos visto otros estilos como el romano clásico, gótico, renacentista, barroco, neoclásico, art déco y modernista que responden a nuestro tiempo actual. Es importante comprender que para categorizar un estilo debemos ver que este siga unas características distintivas como lo es la forma, estructura, los materiales y la ornamentación que predominó. 

      Poco a poco la ornamentación va dando detalle a la estructura a través de sistemas. Forma elementos específicos que cuentan con características que hacen que sea fácil de distinguir esa ornamentación en la obra. De la misma manera hace que las estructuras tengan una belleza peculiar y que una obra se vea más compleja dependiendo el nivel de detalle que queremos llevar en ella. Lo bonito de la ornamentación es que no solo aplica gustos y expresiones artísticas del diseñador pero esta también puede reflejar aspectos culturales. En el tiempo que se haya diseñado la pieza se podrá determinar el valor cultural y reflejo social que tiene la estructura. Esto también puede ser conocido como una identidad, no solo nos ayuda a distinguir el estilo pero le da carácter y originalidad. Por último, esta también puede tener un aspecto de funcionalidad grande, ya que le da espacio al arquitecto a crear sus propios sistemas de ornamentación que pueden servir para aspectos de regulación del clima, mejorar movimiento espacial o hasta resolver asuntos de disipación de agua entre otros. 


      La ornamentación en la arquitectura es mucho más que simplemente decorar una estructura; es un elemento vital que define estilos, refleja identidades culturales y sociales, y añade funcionalidad a las obras. A lo largo de la historia, hemos visto cómo la ornamentación ha evolucionado, adaptándose a los cambios en la sociedad, la tecnología y los movimientos artísticos. Desde los estilos clásicos hasta los modernistas, la ornamentación sigue siendo un lenguaje visual que comunica la esencia y el carácter de una época. En última instancia, la ornamentación en la arquitectura no solo embellece el entorno construido, sino que también enriquece nuestra comprensión del pasado, el presente y el futuro de la arquitectura como una manifestación de la creatividad humana y la cultura.

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